Lo que todos tiran sin mirar. El hallazgo científico que esconde oro de 22 quilates en la basura electrónica y que tienes en tu casa

Durante décadas, los dispositivos electrónicos que terminaban en vertederos parecían condenados a convertirse en un problema ambiental sin salida. Sin embargo, bajo esas montañas de cables y placas oxidadas se oculta un tesoro. Investigadores en distintas partes del mundo han demostrado que, entre los restos que tiramos a diario, es posible encontrar oro casi puro.

El oro escondido en la basura tecnológica

Lo que todos tiran sin mirar. El hallazgo científico que esconde oro de 22 quilates en la basura electrónica
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Un equipo de la ETH Zurich sorprendió a la comunidad científica al lograr recuperar oro de 22 quilates a partir de componentes electrónicos en desuso. El proceso, libre de los agentes químicos más tóxicos, abre la posibilidad de convertir los residuos electrónicos en una fuente inesperada de riqueza. Lo que antes era contaminante, ahora puede ser un recurso.

Australia y la revolución del reciclaje

Desde Flinders University, en Australia, otro grupo de investigadores ha perfeccionado un método que reemplaza el cianuro por ácido tricloroisocianúrico, comúnmente usado en la desinfección de agua. A esto se suma un polímero de azufre que atrapa selectivamente el oro disuelto y lo libera tras un tratamiento controlado. El resultado: metal precioso con más del 99% de pureza y un sistema reutilizable.

Un cambio de paradigma en la economía circular

Lo que todos tiran sin mirar. El hallazgo científico que esconde oro de 22 quilates en la basura electrónica
© Youtube – Archimedes Channel.

La posibilidad de extraer oro de desechos electrónicos no solo reduce la dependencia de la minería tradicional, sino que también disminuye riesgos ambientales y abre nuevas oportunidades laborales. Ingeniería química, sostenibilidad y gestión de residuos tecnológicos aparecen como campos con un futuro prometedor. La economía circular, hasta ahora un ideal, empieza a mostrar un camino tangible.

Hacia un futuro más limpio y valioso

El hallazgo aún está en etapa de investigación, pero las proyecciones son claras: menos basura electrónica, procesos más seguros y un nuevo mercado basado en el reaprovechamiento. En lugar de contaminar, la chatarra tecnológica podría convertirse en una de las minas más valiosas del siglo XXI.

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