Estados Unidos y Pakistán sellan un pacto histórico por minerales críticos: 500 millones de dólares y una refinería para cambiar el mapa energético

En medio de la competencia global por los recursos que sostendrán la transición energética, Estados Unidos ha encontrado en Pakistán un aliado inesperado. El memorando firmado esta semana no es solo un contrato comercial: representa un intento por reordenar las cadenas de suministro en minerales críticos y abrir un nuevo capítulo en la relación bilateral.

El acuerdo y sus protagonistas

Estados Unidos y Pakistán sellan un pacto histórico por minerales críticos: 500 millones de dólares y una refinería para cambiar el mapa energético
© Pexels – Emilio Sánchez Hernández.

El pacto lleva la firma de la Organización de Obras Fronterizas (FWO), vinculada al ejército paquistaní, y de United States Strategic Metals (USSM), una empresa con sede en Misuri especializada en el procesamiento y reciclaje de materiales estratégicos. La inversión inicial asciende a 500 millones de dólares y tiene dos ejes principales: la exportación inmediata de minerales como antimonio, cobre, oro, tungsteno y tierras raras; y la construcción de una refinería polimetálica en suelo paquistaní, capaz de transformar materias primas en productos intermedios listos para industrias de alto valor añadido.

Para Islamabad, este acuerdo es una señal de confianza internacional. Para Washington, supone un movimiento estratégico en un terreno dominado hasta ahora por China e Indonesia, los dos gigantes del refinado global.

Una apuesta estratégica en clave geopolítica

Los minerales críticos no son simples recursos: son la base de las baterías que mueven coches eléctricos, de los imanes de las turbinas eólicas, de los chips que sostienen la inteligencia artificial y de los sistemas de defensa más sofisticados. En todos esos sectores, Estados Unidos reconoce una vulnerabilidad creciente: más del 70 % de la capacidad de refinado mundial de tierras raras está en manos chinas.

La refinería proyectada en Pakistán permitirá a Washington acceder a una fuente alternativa y reducir la exposición a tensiones comerciales o políticas con Pekín. El proyecto se enmarca, además, en la estrategia de diversificación que la Casa Blanca impulsa desde 2022 con socios en África, América Latina y ahora también Asia meridional.

El potencial de Pakistán y sus desafíos

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© Pexels – Volker Braun.

Pakistán no ha logrado hasta ahora capitalizar sus abundantes reservas de cobre, oro y litio. El sector minero representa apenas un 3,2 % de su PIB y depende en gran medida de exportaciones en bruto, sin apenas valor añadido. El acuerdo con USSM busca revertir esa tendencia, atrayendo inversión extranjera directa y transfiriendo tecnología de procesado.

No obstante, el reto es mayúsculo. La infraestructura energética de Pakistán sigue siendo precaria, la seguridad jurídica irregular y los conflictos sociales en zonas mineras como Baluchistán añaden incertidumbre. Aun así, el gobierno de Shehbaz Sharif ve en este memorando una oportunidad para reposicionar al país en el mapa de la transición energética y reducir la dependencia de préstamos internacionales.

Un tablero en movimiento

Más allá de las cifras, el acuerdo revela cómo los minerales críticos se han convertido en la nueva pieza clave del ajedrez geopolítico. El petróleo definió el siglo XX; el litio, el cobre y las tierras raras prometen definir el XXI. La alianza entre Washington e Islamabad es solo un capítulo de una carrera global por asegurar el suministro de materiales que darán forma al futuro energético y tecnológico.

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