El inquietante efecto del deshielo en Groenlandia: un boom invisible que amenaza el ecosistema

Groenlandia se ha convertido en un símbolo del cambio climático: su deshielo afecta al nivel del mar, al hundimiento del suelo oceánico y, ahora, también a la vida marina. Investigadores de la NASA y varias universidades han descubierto que el agua dulce liberada por los glaciares está impulsando un crecimiento descontrolado del fitoplancton, con consecuencias inesperadas.

Agua dulce que altera el equilibrio

Durante los últimos 30 años, Groenlandia ha perdido un 1,6% de su hielo, equivalente a la superficie de Galicia. El glaciar Jakobshavn, uno de los más grandes, vierte al mar hasta 266 millones de toneladas de agua dulce al año, lo que equivale a 1.200 metros cúbicos por segundo.

Al ser menos densa que el agua salada, esta corriente genera remolinos que arrastran nutrientes como hierro y nitratos desde el fondo marino hacia la superficie. Esos nutrientes alimentan directamente al fitoplancton, que se multiplica a ritmos nunca vistos.

Un crecimiento desorbitado

El estudio, publicado en Nature, empleó simulaciones del MIT y del Jet Propulsion Laboratory de la NASA para analizar este fenómeno. Los resultados muestran que el fitoplancton crece entre un 15% y un 40% durante el verano, coincidiendo con el pico del deshielo.

Aún más preocupante: entre 1998 y 2018, el crecimiento en aguas árticas aumentó un 57%. A primera vista podría parecer beneficioso —más alimento para la fauna marina y mayor captura de CO₂—, pero los investigadores advierten que esta alteración rompe los equilibrios ecológicos establecidos durante siglos.

Riesgos para la vida marina y la pesca

El fitoplancton es la base de la cadena alimenticia. Alimenta al kril y a otros pequeños herbívoros que, a su vez, son esenciales para peces, aves y ballenas. Una alteración tan brusca en su abundancia y estacionalidad puede modificar la composición de especies en la zona, afectando a la biodiversidad y a la pesca local.

Además, el exceso de nutrientes y el cambio en la salinidad del agua pueden desencadenar procesos de eutrofización o alterar la química marina, con efectos difíciles de predecir a largo plazo.

Un fenómeno que va más allá de Groenlandia

Aunque el estudio se centró en Jakobshavn, los científicos advierten que hay más de 250 glaciares en Groenlandia con vertidos similares. El modelo de simulación puede aplicarse a otras regiones del planeta donde los glaciares desembocan en el mar. Todo apunta a que este fenómeno no es aislado, sino global.

El deshielo, por tanto, no solo sube el nivel del mar: está reescribiendo la ecología de los océanos. Y lo que ocurre en Groenlandia es un aviso de lo que podría extenderse a otras latitudes.

Fuente: Xataka.

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