Creímos que capturar CO₂ era demasiado caro: Un invento del MIT demuestra que basta la energía de un móvil para limpiar el aire

El dióxido de carbono ha sido descrito como el gran enemigo silencioso del siglo XXI. Invisible, pero omnipresente, sus niveles crecientes en la atmósfera se asocian a olas de calor, incendios y fenómenos extremos que golpean cada vez con más frecuencia. Hasta ahora, las tecnologías para capturarlo existían, pero resultaban costosas y poco eficientes.

En ese contexto, un grupo de investigadores del MIT y la KAIST surcoreana ha dado con una alternativa tan sorprendente como prometedora: un sistema capaz de limpiar el aire con la misma energía que consume un teléfono móvil.

Una tecnología que rompe un mito energético

Adiós a la contaminación: el invento para capturar el CO₂ del aire que consume tan poca energía como un teléfono móvil
© Unsplash – Jacek Dylag.

La captura directa de aire (DAC) no es nueva. Desde hace más de una década se investiga cómo filtrar el CO₂ de la atmósfera para almacenarlo o reutilizarlo en materiales como hormigón o combustibles sintéticos. El problema siempre ha sido el mismo: requería temperaturas altas, vapor o instalaciones complejas que consumían enormes cantidades de energía.

El avance presentado por el equipo MIT-KAIST rompe esa barrera. Su sistema, bautizado como e-DAC (Captura Directa de Aire Electrificada), utiliza fibras conductoras que, gracias al efecto Joule, alcanzan la temperatura necesaria con apenas 3 voltios. Esa cifra equivale a la energía que usamos para cargar un móvil, lo que redefine por completo la ecuación entre coste y beneficio.

Más que un filtro: un laboratorio portátil del aire

Adiós a la contaminación: el invento para capturar el CO₂ del aire que consume tan poca energía como un teléfono móvil
© KAIST.

El corazón de la innovación está en el diseño de nanofibras recubiertas con plata conductora. Estas fibras actúan como esponjas eléctricas: al calentarse, capturan moléculas de CO₂ con una eficiencia superior al 95%. El aire restante, prácticamente limpio, regresa a la atmósfera mientras el carbono capturado se concentra en estado casi puro.

Lo más llamativo no es solo la eficiencia, sino su modularidad. La tecnología puede integrarse en sistemas de energía renovable, funcionando con paneles solares o turbinas eólicas, y aplicarse en plantas industriales o incluso en entornos urbanos. En otras palabras: no se trata de un proyecto de laboratorio, sino de una plataforma lista para escalar.

De enemigo climático a recurso valioso

Adiós a la contaminación: el invento para capturar el CO₂ del aire que consume tan poca energía como un teléfono móvil
© Pexels – Diana ✨.

El destino del CO₂ capturado abre otra puerta: lejos de tratarlo como simple residuo, puede transformarse en productos útiles. Desde materiales de construcción hasta combustibles sintéticos o bebidas carbonatadas, la captura se convierte también en un motor económico.

Los investigadores sostienen que esta doble función —reducir emisiones y generar recursos— puede marcar un punto de inflexión en la transición hacia una economía neutra en carbono. El hecho de que el proceso demande tan poca energía convierte esta visión en algo realista y no solo aspiracional.

El desafío de lo invisible

Queda por delante el reto de escalar la producción y abaratar materiales como la plata, pero la dirección es clara: transformar lo invisible en tangible, convertir un gas que amenaza el clima en materia prima valiosa. El mensaje que deja esta investigación es contundente: no es que no sepamos cómo capturar el carbono, sino que hasta ahora no teníamos la herramienta adecuada.

Con e-DAC, esa herramienta parece estar cada vez más cerca. Y con ella, la posibilidad de que la lucha contra el cambio climático deje de ser una batalla desigual para convertirse en una oportunidad tecnológica y económica.

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