China ya no puede presumir de tener la mano de obra más barata, pero sí de contar con el ejército de robots más grande del mundo. Cada año, sus fábricas instalan 280.000 unidades, lo que equivale a la mitad del total mundial. Detrás de esta apuesta está la necesidad de mantener la eficiencia y las exportaciones frente a competidores como India, Vietnam o Bangladesh. El precio: una reducción drástica del empleo humano.
Una invasión silenciosa de robots
Aunque los humanoides suelen acaparar titulares, son los robots industriales los que están cambiando el panorama manufacturero. Según la Federación Internacional de Robótica, China lidera con holgura en número de instalaciones, aunque en densidad por trabajador aún está detrás de Corea del Sur y Singapur.
El proyecto responde al plan estratégico Made in China 2025, impulsado por Xi Jinping, donde la automatización es clave para asegurar la competitividad futura.
Para 2028, el mercado chino de robótica alcanzará los 108 000 millones de dólares.
¿Pero la cifra real que importa? El aumento de la productividad.
Cuando automatizar tareas básicas cuesta 278 dólares para siempre, la creatividad humana se vuelve infinitamente más valiosa.… pic.twitter.com/O8T6AQsaUc
— 𝐑𝐞𝐟𝐥𝐞𝐱𝐢𝐨𝐧𝐌𝐨𝐝 (@ModReflexion) August 31, 2025
Robots de fabricación local y más baratos
La mitad de los nuevos autómatas provienen de empresas chinas. Chengdu CRP Robot Technology ha logrado hacerse un hueco gracias a precios un 60 % más bajos que los de sus rivales internacionales. La combinación de bajo coste y alta disponibilidad está permitiendo que incluso los fabricantes de bienes de bajo valor recurran a estas tecnologías.
Eficiencia frente a salarios en alza
El salario medio en fábricas de Dongguan ronda los 625 euros mensuales, cuatro veces más que en India, donde un obrero recibe unos 165 euros. Para no perder competitividad, la automatización se convierte en la única salida.
El resultado se refleja en las exportaciones: el sector juguetero aumentó su cuota global del 54,3 % al 56,9 % en cuatro años; los muebles crecieron un 1,5 % y artículos como papelería o limpieza sumaron nueve puntos porcentuales.
Menos empleo, nuevos perfiles
El coste social es claro: entre 2011 y 2023, el empleo en doce industrias intensivas en mano de obra cayó un 26,5 %, según el Financial Times. Aunque emergen puestos “purple collar” —especialistas en mantenimiento de robots—, su número aún no compensa la pérdida de millones de empleos fabriles.
China frente a la competencia asiática
Desde 2009, China superó a Estados Unidos y hoy concentra un 27,7 % de la producción mundial. Sin embargo, enfrenta la presión de países con mano de obra más barata. Vietnam ya es el segundo exportador de calzado hacia EE. UU. y un actor fuerte en smartphones, mientras que Bangladesh domina en textil y yute.
Ante este escenario, los robots son la gran baza china: garantizar que, incluso sin ser el país más barato, siga siendo el más productivo.
Fuente: Xataka.