China acaba de presentar un cerebro artificial del tamaño de un macaco: Así es Wukong, la supercomputadora que piensa en descargas eléctricas

Durante décadas, la informática intentó alcanzar la complejidad del cerebro humano. Ahora, un grupo de científicos chinos ha dado un paso audaz al construir un superordenador que replica la mente de un macaco. Se llama Wukong, y más que un ordenador es un experimento monumental: un sistema neuromórfico diseñado para pensar no con bits, sino con descargas eléctricas, como lo haría un ser vivo.

Una máquina inspirada en la biología

La supercomputadora china que piensa como un mono: Wukong y sus 2.000 millones de neuronas artificiales
© Origin Quantum Computing Technology.

Wukong —también conocido como Darwin Monkey— no sigue las reglas clásicas de la computación digital. En lugar de procesar datos con ceros y unos, utiliza redes neuronales espinosas (SNN), un modelo que imita la forma en que las neuronas de los mamíferos transmiten impulsos eléctricos. Con más de 2.000 millones de neuronas artificiales y 100.000 millones de sinapsis, está a la par con el cerebro de un macaco.

Este cambio de paradigma es crucial. Mientras que una red neuronal tradicional procesa información de manera continua y uniforme, Wukong responde con ráfagas eléctricas intermitentes, reproduciendo con mayor fidelidad la dinámica de la corteza cerebral. El resultado es un sistema que no solo calcula, sino que “percibe” y “razona” de forma más próxima a la biología.

El papel de la supercomputadora en la ciencia

La supercomputadora china que piensa como un mono: Wukong y sus 2.000 millones de neuronas artificiales
© CHU DAYE / GLOBAL TIMES.

El proyecto, desarrollado por la Universidad y el Laboratorio de Zhejiang, se plantea como un puente entre la neurociencia y la inteligencia artificial. Para los investigadores, Wukong servirá como una herramienta de simulación única: permitirá recrear procesos neuronales que, hasta ahora, solo podían observarse en laboratorios de biología.

En el ámbito de la inteligencia artificial, las expectativas son aún mayores. Al replicar la arquitectura de un cerebro, este tipo de sistemas neuromórficos podrían acercar a la IA a un nivel de razonamiento más humano. No se trata solo de entrenar modelos para reconocer patrones, sino de dar un paso hacia lo que se conoce como inteligencia artificial general: una capacidad de pensar, aprender y adaptarse en múltiples contextos, tal como lo hace una mente orgánica.

Una frontera entre lo tecnológico y lo filosófico

La supercomputadora china que piensa como un mono: Wukong y sus 2.000 millones de neuronas artificiales
© STR/Jiji Press/AFP – Getty Images.

Más allá de los avances técnicos, Wukong abre preguntas profundas sobre la relación entre máquinas y biología. ¿Hasta qué punto puede un ordenador imitar la mente de un ser vivo? ¿Podría un sistema de estas características aprender de la experiencia, generar intuiciones o incluso desarrollar formas de conciencia rudimentaria?

Los científicos insisten en que aún falta un largo camino. El cerebro humano tiene alrededor de 86.000 millones de neuronas, y su complejidad no se limita al número, sino a la plasticidad y la química que las conecta. Sin embargo, Wukong marca un hito: la demostración de que la informática neuromórfica ya no es un sueño, sino un prototipo tangible.

En palabras de sus creadores, esta supercomputadora no busca reemplazar al cerebro, sino estudiarlo. Y, en el proceso, quizá nos esté ofreciendo una nueva manera de entender qué significa pensar.

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