Calor letal en los trópicos: el cambio climático está diezmando a las aves sin darles respiro

Los trópicos, considerados el mayor reservorio de biodiversidad del planeta, están viendo cómo su riqueza alada se erosiona con cada episodio de calor extremo. Investigadores internacionales han analizado más de 90.000 registros de aves y concluyen que el cambio climático ya está provocando un declive drástico en sus poblaciones, sin evidencia de recuperación.

El impacto invisible del calor extremo

El estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, muestra que la frecuencia de días en los que la temperatura supera el 99% de los valores históricos se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años en los trópicos. Estas olas de calor afectan mucho más que la subida media de la temperatura o los cambios en la lluvia: son el principal factor detrás de la disminución de aves.

Una caída acumulada y sin retorno

Entre 1950 y 2020, las poblaciones de aves tropicales cayeron hasta un 38% debido a los extremos térmicos. El análisis, liderado por Maximilian Kotz (Instituto Potsdam y Barcelona Supercomputing Center), descarta la presión humana directa como causa principal en estas zonas: el calor por sí solo explica el declive. Además, los efectos son acumulativos: una vez que las poblaciones disminuyen tras un episodio extremo, no se detecta recuperación posterior.

Diferencias entre regiones y especies

El impacto varía con la latitud: en zonas subtropicales se observa una reducción del 3–5%, mientras que en latitudes altas no se detecta un efecto significativo. Las aves residentes y migratorias muestran patrones similares, aunque las especies de bosques secos tropicales resultan especialmente vulnerables frente a las de bosques húmedos.

Implicaciones para la conservación

Los autores alertan de que la mayoría de los modelos de riesgo de extinción por cambio climático han ignorado la frecuencia de los extremos climáticos, centrándose solo en promedios anuales. Este trabajo demuestra que esa aproximación es insuficiente: las olas de calor son hoy una amenaza inmediata y creciente para la biodiversidad tropical.

Un llamado urgente a la acción

El declive ya coincide con observaciones independientes en selvas como las de Panamá y la Amazonía, incluso en áreas protegidas. Para los investigadores, el mensaje es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial, pero también lo es integrar la creciente amenaza de extremos de calor en la planificación de reservas naturales y estrategias de conservación.

Fuente: Infobae.

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