En el catálogo de Netflix hay estrenos que pasan desapercibidos y otros que, sin mucho ruido previo, se vuelven imposibles de ignorar. Ese es el caso de El negocio del dolor, un drama que llegó a la plataforma en 2023 y que todavía sigue generando conversación entre los usuarios. Su impacto es tal que se mantiene en los primeros puestos del ranking global, confirmando que la combinación entre una buena historia y un elenco poderoso puede ser imbatible.
La película no solo tiene a Emily Blunt en un papel central que le permite desplegar una intensidad pocas veces vista, sino que también suma a Chris Evans, en un registro alejado del héroe de Marvel al que el público estaba acostumbrado. La química entre ambos actores le da un plus a una trama que ya de por sí resulta tan adictiva como el tema que aborda: la venta de medicamentos que pueden causar más daño que alivio.
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Lo interesante es que la cinta está basada en hechos reales, y eso le da un peso distinto. No se trata de un simple relato de ficción, sino de una mirada crítica sobre una industria capaz de lucrar con el dolor humano.
Netflix: sinopsis de El negocio del dolor
La historia sigue a Liza Drake (Emily Blunt), una madre soltera que atraviesa un presente complicado. En medio de la desesperación por conseguir estabilidad económica, acepta un trabajo en una farmacéutica prácticamente en bancarrota. Allí conoce a Pete Brenner (Chris Evans), con quien empieza a comercializar un fármaco que promete ser revolucionario pero que, en realidad, resulta altamente adictivo.
Al principio, todo parece ir viento en popa: las ventas suben, el dinero fluye y los protagonistas comienzan a disfrutar de una vida que hasta entonces parecía lejana. Sin embargo, pronto emerge la otra cara de la moneda: los efectos devastadores del medicamento en quienes lo consumen. Esa tensión entre la oportunidad de prosperar y la destrucción que generan sus decisiones marca el pulso del relato.