Los trópicos, considerados el mayor reservorio de biodiversidad del planeta, están viendo cómo su riqueza alada se erosiona con cada episodio de calor extremo. Investigadores internacionales han analizado más de 90.000 registros de aves y concluyen que el cambio climático ya está provocando un declive drástico en sus poblaciones, sin evidencia de recuperación.
El impacto invisible del calor extremo
El estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, muestra que la frecuencia de días en los que la temperatura supera el 99% de los valores históricos se ha multiplicado por diez en los últimos 40 años en los trópicos. Estas olas de calor afectan mucho más que la subida media de la temperatura o los cambios en la lluvia: son el principal factor detrás de la disminución de aves.
Nuevo estudio internacional vincula olas de calor extremas con la pérdida del 25–38% de aves tropicales desde 1950https://t.co/vRId6qudaA pic.twitter.com/RLWu0cxTYt
— EcoInventos (@EcoInventos) August 24, 2025
Una caída acumulada y sin retorno
Entre 1950 y 2020, las poblaciones de aves tropicales cayeron hasta un 38% debido a los extremos térmicos. El análisis, liderado por Maximilian Kotz (Instituto Potsdam y Barcelona Supercomputing Center), descarta la presión humana directa como causa principal en estas zonas: el calor por sí solo explica el declive. Además, los efectos son acumulativos: una vez que las poblaciones disminuyen tras un episodio extremo, no se detecta recuperación posterior.
Diferencias entre regiones y especies
El impacto varía con la latitud: en zonas subtropicales se observa una reducción del 3–5%, mientras que en latitudes altas no se detecta un efecto significativo. Las aves residentes y migratorias muestran patrones similares, aunque las especies de bosques secos tropicales resultan especialmente vulnerables frente a las de bosques húmedos.
“Una de las partes más impactantes de nuestra investigación es que, incluso en áreas donde la deforestación no está afectando a las aves, existen amenazas debido a la intensificación de los extremos de temperatura causada por el ser humano”: Maximilian Kotz, autor del estudio.5/7 pic.twitter.com/y6HbLnsDI2
— Mongabay Latam (@MongabayLatam) August 26, 2025
Implicaciones para la conservación
Los autores alertan de que la mayoría de los modelos de riesgo de extinción por cambio climático han ignorado la frecuencia de los extremos climáticos, centrándose solo en promedios anuales. Este trabajo demuestra que esa aproximación es insuficiente: las olas de calor son hoy una amenaza inmediata y creciente para la biodiversidad tropical.
Un llamado urgente a la acción
El declive ya coincide con observaciones independientes en selvas como las de Panamá y la Amazonía, incluso en áreas protegidas. Para los investigadores, el mensaje es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es esencial, pero también lo es integrar la creciente amenaza de extremos de calor en la planificación de reservas naturales y estrategias de conservación.
Fuente: Infobae.