Es el primer satélite de su clase que se lanzó a órbita para monitorear las cambiantes superficies de la Tierra y detectar movimientos de la corteza terrestre hasta en fracciones de pulgadas. El satélite llevaba una gigantesca antena radar, plegada como un paraguas, y acaba de desplegar la enorme estructura en forma de tambor mediante un intrincado proceso que se parece a la floración de una planta.
La misión NISAR es un esfuerzo conjunto de la NASA y la ISRO, agencia espacial de India, que se lanzó el 30 de julio desde el Centro Espacial Satish Dhawan, en India. Más de dos semanas después el satélite desplegó su reflector antena que tiene 12 metros de ancho, y es la más grande que se haya utilizado en una misión de la NASA. El equipo inició el proceso el 9 de agosto y fue desplegando la antena de a una varilla a la vez para disparar una serie de chasquidos explosivos que harían que terminara de desplegarse y se fijara en su lugar.
“Por supuesto estábamos ansiosos por ver el despliegue. Forma parte esencial de la misión científica NISAR, y llevó años diseñar, desarrollar y realizar pruebas para poder estar a punto en este gran día”, declaró Phil Barela, quien gestionó el proyecto NISAR en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en California del sur. “Ahora nos centramos en la sintonía fina para empezar a transmitir ciencia transformativa en la última parte de este año”.
NISAR representa las siglas de NASA-ISRO Synthetic Aperture Radar, en inglés. Se ha diseñado para producir una vista tridimensional de la Tierra y en detalle sin precedentes. La misión está equipada con el más sofisticado sistema de radares para una misión de la NASA. El reflector antena tiene un papel clave para los dos sistemas de apertura (SAR) de NISAR, que utiliza el movimiento de la antena radas sobre el área objetivo para crear imágenes en alta resolución.
Cómo funciona
“El radar de apertura sintética funciona, en principio, como la lente de una cámara que enfoca la luz para obtener una imagen nítida”, dijo Paul Rosen, científico del proyecto NISAR en el JPL. “El tamaño de la lente, o la apertura, determina la nitidez de la imagen”. El primer sistema, banda L, puede ver a través de las nubes y las copas de los árboles en los bosques. El segundo sistema, de banda S y provisto por ISRO puede ver a través de las nubes también pero es más sensible a la vegetación y la humedad en la nieve, según la NASA.
El reflector pesa unos 64 kilogramos, y su marco cilíndrico consiste en 123 varillas de composite y una malla de alambre bañada en oro. Cuando comenzó el proceso, se comenzó a desplegar el reflector de a una junta articulada a la vez después de ubicarla cerca del cuerpo del satélite. Para desplegar todo el reflector se requirieron cuatro días. El 15 de agosto el equipo causó una serie de pequeñas explosiones que sujetaron al reflector en su lugar para empezar con el proceso que la NASA llamó “floración”. Ese proceso desplegó la antena al liberar la tensión acumulada en el marco flexible mientras estaba plegada como un paraguas. Luego el equipo activó los motores y cables que desplegaron la antena hasta su forma definitiva, floreciendo en toda su gloria.
El reflector es tan ancho como largo es un bus escolar, lo que permite que NISAR tome imágenes de la superficie de la Tierra hasta píxeles de 10 metros de ancho. “Utilizando técnicas interferométricas especiales que comparan imágenes a lo largo del tiempo, NISAR permite que los investigadores y usuarios de datos puedan crear películas en 3D de cambios que suceden en la superficie de la Tierra”, dijo Rosen.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.